jueves, 24 de enero de 2013

No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va

El título de la entrada es una frase de Séneca que recoge de forma magistral la necesidad establecer un destino, de hacerlo explicito; la necesidad de tener un objetivo. La frase es de aplicación general, pero a nosotros nos ocupa aquí, lógicamente, en relación con la enseñanza.

Sobre los objetivos docentes se ha escrito mucho. Vamos a ver a continuación algunas fuentes:
Empezamos con unas presentaciones que, aunque no me convencen del todo (en Slideshare hay casi de todo, pero no al 100%), presentan al tema en unos pocos golpes de vista:



De una forma un poco más extensa, también a modo de resumen, considerando todos los aspectos, tenemos este artículo. T con mayor profundidad en EDUTEKA, en este texto en el que se resume el trabajo de Robert F. Mager de 1984.

En estos textos encontramos muchas cosas que nos pueden resultar formalizaciones más o menos afortunadas de cuestiones de sentido común. Si hay una idea poderosa en este tema que verdaderamente ayuda a plantearse objetivos educativos de una forma estructurada y realista es la jerarquía de niveles que estableció Benjamin Bloom en 1956 conocida como taxonomía de Bloom de los objetivos de la educación.

Merece la pena leer un poco sobre la taxonomía de Bloom y sobre sus actualizaciones recientes. Este texto de Eduteka está muy bien. Ver también "taxonomía de Bloom para la era digital".

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